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Emergente y urgente: lo que más nos impactó en la Feria Aire

Una selección para recorrer cinco propuestas que se animaron a romper moldes y marcar el pulso de una feria donde lo nuevo no pasó desapercibido.

Del viernes al domingo, el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza se convirtió en un hervidero de obras, artistas y visitantes con la nueva edición de la Feria Aire. La propuesta, que homenajeó al recordado Egar Murillo y congregó a más de 100 artistas, reafirmó que el arte mendocino late fuerte, con una nueva camada que no le teme al riesgo, ni al error, ni a la mezcla. 

En ese mar de obras, discursos y generaciones cruzadas, hubo una energía particular que se hizo notar: la fuerza de lo joven, lo emergente, lo no convencional. Proyectos que se alejan de los formatos tradicionales, que experimentan con materiales, lenguajes y modos de mostrarse. Obras que no piden permiso para habitar el espacio del museo, sino que lo reconfiguran. Esta nota es un pequeño homenaje a ese impulso fresco y disruptivo que merece ser celebrado.

En medio del bullicio, los Dj sets, las compras y los collages móviles, estos fueron los cinco stands que más nos impactaron:

1. Guaymayork: monstruos de la acequia y otras joyas subterráneas

Galería virtual nacida en plena pandemia, Guaymayork se gestó como un espacio de resistencia visual y de circulación para artistas disidentes, periféricos e inadaptados. 

Bajo la curaduría de Amira Yurie y Libertad Aranguez, el stand de esta edición reunió obras de Josefina Ampuero, Francisco Heredia, Activismo Gráfico y Julieta Giammatteo, que dialogaron entre lo grotesco, lo poético y lo político. Pintura, cerámica, dibujo y muchas preguntas abiertas en un rincón donde la marginalidad se convierte en discurso estético.

2. Victoria Corazón: el fuego de lo afectivo

Victoria Corazón es un proyecto autogestivo e itinerante que, desde 2019, activa muestras, talleres y coproducciones que giran en torno al arte joven, sensible y sin solemnidades. 

Con Victoria Díaz como coordinadora, ha dado lugar a proyectos tan diversos como el “Salón del pastel de papa” o festivales de poesía visual. En Aire 2025, el stand vibró con las obras de Agustina Martinelli, Emilia Sánchez, Valentina Piedrafita, Luca Suárez y el propio Omar Jury: piezas que condensaron color, impulso y emoción sin filtros. Una curaduría íntima y visceral, que entiende lo afectivo como centro del impulso creativo.

3. Ovoide: el arte como casa mutante

Con una historia que atraviesa más de dos décadas de gestión cultural, Ovoide es la más reciente encarnación de un largo recorrido iniciado con la Galería Arte Argentino, luego Casa Rivadavia y más tarde Taller Gulubú. 

Coordinado por Sandra Alonso, Omar Jury y Celina Jury, el proyecto apuesta a la formación, la exhibición y la profesionalización de artistas locales. En esta edición de Aire, presentaron obras de Agustín Herrera, Brandon Ramírez, Victoria Díaz, Bruno Cazzola y Victoria Riveros, entre las que destacó el collage móvil de Cazzola, incorporado a la colección del museo. Un stand que abrazó pasado y presente con oficio y sensibilidad.

4. Colectivo Pupa: refugios posibles

Formado por estudiantes de Artes Visuales de la UNCuyo, el Colectivo Pupa propuso una curaduría centrada en la noción de refugio: ese espacio interior atravesado por ternura, memoria, metamorfosis e identidad. El stand —premiado por el público— expuso obras de Camila Valdés, Mafalda Abalone, Dante Carrizo, Santa Garro, Lau Carin y Milena Benvenuto. 

Con guiños al textil, lo queer y lo autobiográfico, la propuesta mostró que incluso los refugios cálidos están habitados por fantasmas. Una muestra contundente de cómo lo emergente puede ser también profundamente político.

5. Ouroboros: el ciclo como resistencia

Ilustración, escultura, cerámica, tatuaje y arte conceptual se cruzaron en este colectivo multidisciplinario que entiende el caos y la diversidad como motores creativos. Bajo el símbolo del ouroboros —la serpiente que se muerde la cola—, presentaron una instalación visualmente intensa y simbólicamente potente. 

Participaron Flor Nicolás, Nani Cabrera, dAn, Sara Niett, Mauco Sosa y Marta Argerich. El resultado fue un universo visual en el que cada pieza parecía parte de un mismo cuerpo cíclico, cambiante y enérgico. También premiado por el público, fue uno de los stands más visitados y comentados del encuentro.

¿Querés ver qué se está gestando en Mendoza? Pasá por estos nombres. Porque el arte joven no pide permiso: ocupa y transforma.



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